Por Olivia Rico
Siempre es irreal el invierno salvo en el verano escuálido y solemne de las casas. Solo en el calor olvidado de la tarde lluviosa y en la humedad de la noche perdida de un mes fino y céntrico, una escarcha sin raíz marchita la ventana. Una escarcha hundida de ojos que existe solo en la lentitud de un ardor sin memoria que, cual angustia de viejo sueño, renace con el alba. -Enero de 2020.