Por Valery Larbaud
Traducción David Noria
Si me es concedido que vuelva a ver Atenas, que mi navío bajo la santa Guarda sea de Aquella que preside las rutas del mar; Aquella que brilla por encima de las corrientes y el sol; la gigante erguida al fondo de las horas azules; la alta moradora de oro de una amplia comarca blanca; Palas cristiana de los galos.