Por David Noria
Nuestro mundo acaba de encontrarse con otro.
Montaigne
Pretendo seguir haciendo versos mientras camino distraído o cuando estoy recostado en soledad De las bibliotecas no me preocupo donde yo estoy aparecen libros como crecen las uñas o el cabello Si tengo a mi disposición una lámpara y una mesa, estoy contento pero si hablo con un buen amigo soy feliz Mis proyectos no son tantos Compartir mi palabra con quien me ofrezca un vaso lleno de pausa Me ha costado la vida esta palabra Es lo más íntimo que tengo Está nutrida de mi tierra alto valle mexicano, sereno en su inmensidad espinazo insondable de Mesoamérica con ciudades de tezontle sangre amasada bajo el molino del sol furor del retablo manierista, madera podrida bajo lámina de oro Mi palabra está nutrida de este tiempo y de otros tiempos pozos donde aprendemos a beber la resignación comprometida el amoroso desapego en favor de las edades largas Qué cortas nuestras cuitas, qué fugaz nuestra alegría porque descubierto el estaño y el alfabeto, lo demás es literatura Sueño con visitar costas de olivar y cedros para recorrer en diez días cien conquistas del pensamiento y alguna mañana descubrirme de regreso en Veracruz allí mis ojos recogerán lo que les pertenece en tributo de colores Como buen escolar me aprenderé Francia de memoria para llevar en el pecho su decoro Escribir en buena prosa, recitar algún discurso susurrar a tu oído aquella estrofa de Rubén Darío Y quiero cultivar las amistades porque son partes de mí mismo desperdigadas por los cuatro vientos. Que en mi casa no falten nunca la música ni los instrumentos musicales y en mi mesa de trabajo le arrancaré un fruto al huerto de lo posible y partiré ese fruto en pedazos y esos pedazos serán frases apenas –Todo suena plausible pero en estos últimos meses me ha nacido otro propósito como brota una planta en la ventana cuyas decididas raíces horadan los obstáculos en su travesía hacia el agua. Su talle es un trópico feliz, despreocupado La casa se me hizo invernadero jardín botánico para que un Humboldt lo describa A veces, como en esta noche, me sofoca Luce bien en mi ventana Soy feliz de que me ahogue, afuera el invierno ha sido crudo Acaso a ella le ofreceré lo que he recolectado con paciencia mi gabinete de curiosidades Tiene algo de azafrán, algo de lirio elevado sobre los peñascos de Provenza o faro rojo que promete las costas de Marsella al marinero Y es que bien visto, no tenemos poco que ofrecernos: cada quien un hemisferio que conforme al mundo.
Aix-en-Provence, 24 de enero de 2021