Quién podrá ser capaz de conocer de veras esto
Quién lo ha sentido en el paso de los años
Aquí, un viento que deshace el corazón
Una muchacha que viene
En el nombre silencioso que no llega
En la constatación de la respuesta
La noche cae y se despeja el cielo
Y uno se queda medio sonriente, sediento
Quizás todo ha sido una tontería,
Esa noche se quisiera encontrar las palabras,
Pero solo vienen hechos absurdos, historias que ya no valen
Se va apagando y cae, como la última gota de cera
Y queda algo de amor, aunque uno no le llame por ese nombre
Queda algo de la noche y esta muchacha a quien uno conoce fortuitamente
Y a quien quisiera conocer de veras
Un silencio que llena los gigantescos abismos
Una mañana de sed y de no encontrar
A veces es imposible encontrar la palabra que se espera
Todo será huida en este tiempo
Esta mañana puede que tampoco hable lo que preciso
Puede que me vaya y entonces haya como una sensación nunca dicha
Como una espera que se vuelca en los fuegos del habla.
Pero ahora todo es calma y me va llenando un temor
Un temor que penetra cada hueso
Algo que se esparce y llena de sinsentido cada una de estas oraciones
Y algo ha cambiado, el desconocimiento se descubre en el esplendor del día
Se teme en la suavidad de la espera, se intenta decir algo
Y no se sabe bien si es esto lo que se quiere decir
O si hay algo oculto que solo pueden decirse los ojos y las manos
Algo que permanece, que uno quisiera que permanezca
Y no se sabe, no es más que otra conclusión de la noche