Por Ronald Abilio Noda
Aunque esta luz acabe por terminar del todo Y aunque uno siga diciéndose que las cosas pueden suceder en otras memorias que no serán halladas Aunque cada palabra precisa que se sostenga el labio en infinitas circunstancias Y aunque cada oración no acabe por terminar nunca He aquí una muchacha que va rompiendo el curso de la tarde y la seguridad de los días Una muchacha en quien se piensa como en una lejanía imperturbable y habla y parece que ríe Y claro que el miedo viene entonces a turbar las sensaciones Claro que el miedo deja los días sostenidos y hace que la memoria vuelva a la tarde Y no hay más que una sensación de ida, el infinito que se mezcla en el habla Y el habla yendo hacia otros sitios, y la belleza que se mantiene en las torceduras de las palabras Y esto es un poco extraño, hay como un deseo de que el tiempo se quede y que vayan sucediendo todas las cosas Hay un deseo de conocer que no se sacia y que luego ha perseguirlo a uno hasta la caída de las festividades y la brizna Pero qué más da, si los días han de correr a su suerte Si la ligereza ha de apurar su rígida copa hasta que termine de mostrarse este misterio que no será revelado aún en estos días Y ella ha de irse, hacia la imperturbable espera de quienes se marchan siempre Y yo que en estos días siento la ausencia más profunda y el temor de lo que ha de venir Solo sé de estas vistas de la tarde, ella hablaba de sus cosas, como quien siempre está a punto de decir algo que nunca se ha escuchado Esta muchacha que lleva algo secreto en sus gestos y en el sentido mismo de la tarde Y me voy quedando en esta soledad en que ya no aparece el horizonte ni los árboles ni las sillas En una soledad que solo sirve para contemplar las líneas que dejan sus palabras Y entonces ahí está el único consuelo que puedo mostrarme a mi mismo Como la eternidad viniendo y yéndose hacia aquí en toda la alegría de su simpleza Cuando esto pase habré contemplado ya la disolución del tiempo ante la memoria Pero ella quedará en el instante que se sostiene y cada vez más cerca Y lejos en la inmediata sensación de mis ojos y mis palabras ya deshechas.